DESAFIANDO AL REY
Era una mañana del año 1600 cuando el rey de España envió una expedición a la selva del Perú para dominar más territorio y encontrar oro.
El soldado Vicente Paredes se prepara para salir, alistó su maleta, se puso su uniforme y se dirigió hacia el puerto. Apenas subió al barco, Vicente escuchaba cómo sus compañeros hablaban sobre historias de gente que nunca regresaron luego de adentrarse en la selva peruana, pero no le dio importancia.
Apenas llegaron al borde de la selva peruana, los nativos empezaron a advertirles sobre un ser misterioso y muy peligroso dentro de la selva, y Vicente empezó a asustarse un poco. Cuando estaban listos, empezaron a adentrarse en la selva sin saber a dónde ir.
A medida que íbamos avanzando, los soldados se iban separando del resto del equipo, hasta el punto en el que, al caer la noche, Vicente ya estaba solo. Él, de tanto caminar, ya estaba cansado y a punto de quedarse dormido cuando, de repente, escuchó un grito a lo lejos. Era el grito de uno de sus compañeros, por lo que empezó a correr hacia allí. Cuando llegó, encontró un arma en el suelo, pero no veía a nadie. Vicente, buscando por los alrededores, tropezó con una rama. Justo en se momento, escuchó el rugido de un jaguar. Rápidamente de levantó y miró al animal que se acercaba lentamente hacia él. Entonces tomó el rifle y, justo antes de disparar, apareció un gran jabalí con trompa de elefante y rayas de cebra. Vicente, muy asustado, empieza a correr con las pocas energías que le quedaban.
El soldado Vicente Paredes se prepara para salir, alistó su maleta, se puso su uniforme y se dirigió hacia el puerto. Apenas subió al barco, Vicente escuchaba cómo sus compañeros hablaban sobre historias de gente que nunca regresaron luego de adentrarse en la selva peruana, pero no le dio importancia.
Apenas llegaron al borde de la selva peruana, los nativos empezaron a advertirles sobre un ser misterioso y muy peligroso dentro de la selva, y Vicente empezó a asustarse un poco. Cuando estaban listos, empezaron a adentrarse en la selva sin saber a dónde ir.
A medida que íbamos avanzando, los soldados se iban separando del resto del equipo, hasta el punto en el que, al caer la noche, Vicente ya estaba solo. Él, de tanto caminar, ya estaba cansado y a punto de quedarse dormido cuando, de repente, escuchó un grito a lo lejos. Era el grito de uno de sus compañeros, por lo que empezó a correr hacia allí. Cuando llegó, encontró un arma en el suelo, pero no veía a nadie. Vicente, buscando por los alrededores, tropezó con una rama. Justo en se momento, escuchó el rugido de un jaguar. Rápidamente de levantó y miró al animal que se acercaba lentamente hacia él. Entonces tomó el rifle y, justo antes de disparar, apareció un gran jabalí con trompa de elefante y rayas de cebra. Vicente, muy asustado, empieza a correr con las pocas energías que le quedaban.
Corrió hasta llegar el borde de un río, y justo en ese
instante volteó hacia la selva y estuvo pendiente a cada movimiento, apuntando
con el arma en todo momento. De pronto, vio algunas plantas moviéndose cerca de
él, y rápidamente disparó todas sus balas hacia aquel movimiento. Luego de unos
momentos, Vicente se desmayó por el cansancio.
Apenas despertó, estaba en una choza junto a la gente nativa
y cuando se dieron cuenta que se había despertado, todos los de la tribu empezaron
felicitar y a festejar junto a Vicente, pero él no sabía porque lo hacían y uno
de sus compañeros le dijo que él fue quien mató a ese ser que la tribu estaba
tan asustada y por ese gran hallazgo la gente lo estaba felicitando.
Luego de varios años, se dieron cuenta que lo
que había descubierto Vicente era una nueva especie de animal y él lo llamó
tapir y desde ese entonces la gente ya no le tenía miedo a ese animal.