Las
ventajas de una buena convivencia con los ancianos
En
la actualidad, la vida ha cambiado gracias al progreso en distintos aspectos.
Ahora hay mayor cantidad de medios, atenciones, avances tecnológicos y más
posibilidades de prolongar la vida activa. No obstante a los adultos mayores se
les hace difícil comprender y adaptarse a ese desarrollo, cayendo en la
incomprensión y volviendo más difícil la convivencia entre los jóvenes y ellos.
¿Esto se puede solucionar? ¿O no hay necesidad?
Una
solución a este problema es no olvidar que la tolerancia es una virtud
indispensable tal como el respeto, que ahora solo se usa para seguir dominando
a los demás.
Una
razón es que los adultos mayores tienen una forma de pensar distinta a la de
los jóvenes, ya que vienen de otra época. Se les hace difícil entonces aprender
a utilizar los nuevos medios o productos, por ello tienden a acudir a los
jóvenes que conocen más de dichos avances para que les enseñen. Debido a esto,
es esencial la tolerancia hacia ellos. En este sentido, ser empático también es
muy importante ya que al ponernos en lugar de la persona la podemos comprender
mejor y con más paciencia. Hay que tener en cuenta que todos llegaremos a esa
edad y pasaremos por la misma situación en la que necesitemos que alguien nos
ayude. Por ejemplo, cuando un adulto mayor le pregunta a su nieto como usar una
computadora y esta pregunta la repite día tras día, el nieto debe ser tolerante
y explicarle las veces que lo necesite sin perder el control.
Por
otro lado, para obtener una buena convivencia con los ancianos no solo debemos
preocuparnos en las personas que conviven con ellos, sino también en los
sentimientos del anciano. Las personas tienden a considerar a los ancianos como
personas “inútiles” o “inservibles” sin embargo, ellos
siguen siendo humanos con necesidades tanto afectivas como físicas. Puede que
sus facultades físicas se hayan reducido; sin embargo, no son inútiles, ya que
con la gran experiencia y sabiduría que han adquirido a lo largo de su vida nos
pueden enseñar muchas cosas, por ejemplo, dándonos consejos para evitar que
cometamos los mismos errores y darles solución a los problemas de la vida.
Finalmente,
es necesario mejorar la convivencia con los ancianos y para ello se requiere
principalmente de los valores mencionados anteriormente. Vivir estos valores es
amar la dignidad de la persona y respetar su intimidad. Además del hecho de que
se lo merecen, ya que, sin ellos, no estaríamos aquí.
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