miércoles, 25 de junio de 2014


Las ventajas de una buena convivencia con los ancianos
En la actualidad, la vida ha cambiado gracias al progreso en distintos aspectos. Ahora hay mayor cantidad de medios, atenciones, avances tecnológicos y más posibilidades de prolongar la vida activa. No obstante a los adultos mayores se les hace difícil comprender y adaptarse a ese desarrollo, cayendo en la incomprensión y volviendo más difícil la convivencia entre los jóvenes y ellos. ¿Esto se puede solucionar? ¿O no hay necesidad?
Una solución a este problema es no olvidar que la tolerancia es una virtud indispensable tal como el respeto, que ahora solo se usa para seguir dominando a los demás.
Una razón es que los adultos mayores tienen una forma de pensar distinta a la de los jóvenes, ya que vienen de otra época. Se les hace difícil entonces aprender a utilizar los nuevos medios o productos, por ello tienden a acudir a los jóvenes que conocen más de dichos avances para que les enseñen. Debido a esto, es esencial la tolerancia hacia ellos. En este sentido, ser empático también es muy importante ya que al ponernos en lugar de la persona la podemos comprender mejor y con más paciencia. Hay que tener en cuenta que todos llegaremos a esa edad y pasaremos por la misma situación en la que necesitemos que alguien nos ayude. Por ejemplo, cuando un adulto mayor le pregunta a su nieto como usar una computadora y esta pregunta la repite día tras día, el nieto debe ser tolerante y explicarle las veces que lo necesite sin perder el control.
Por otro lado, para obtener una buena convivencia con los ancianos no solo debemos preocuparnos en las personas que conviven con ellos, sino también en los sentimientos del anciano. Las personas tienden a considerar a los ancianos como personas “inútiles” o “inservibles” sin embargo, ellos siguen siendo humanos con necesidades tanto afectivas como físicas. Puede que sus facultades físicas se hayan reducido; sin embargo, no son inútiles, ya que con la gran experiencia y sabiduría que han adquirido a lo largo de su vida nos pueden enseñar muchas cosas, por ejemplo, dándonos consejos para evitar que cometamos los mismos errores y darles solución a los problemas de la vida.
Finalmente, es necesario mejorar la convivencia con los ancianos y para ello se requiere principalmente de los valores mencionados anteriormente. Vivir estos valores es amar la dignidad de la persona y respetar su intimidad. Además del hecho de que se lo merecen, ya que, sin ellos, no estaríamos aquí. 
 

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