martes, 1 de abril de 2014

Cáncer Oseo






Una de las enfermedades que cobra más vidas en el mundo es el cáncer. Es provocado por un grupo de células que se multiplican descontroladamente y que de manera autónoma invaden localmente y a distancia otros tejidos, produciendo tumores o infecciones en distintos órganos del cuerpo humano.

Existen tumores malignos y benignos. Las características de los tumores malignos son el rápido crecimiento de estos, se propagan a otros tejidos y reaparecen con frecuencia al ser extirpados, mientras que los tumores benignos no tienen estas tres características.

Se conoce más de 200 tipos de cáncer. Los más comunes son el de piel, el de pulmón, el de mama y el de colorrectal. En este artículo nos vamos a enfocar en el cáncer óseo.

Es un tipo de cáncer poco común. Hay tres clases, el primero es el osteosarcoma. Se da mayormente en los extremos de la diáfisis de los huesos largos. El segundo es el condrosarcoma. Se origina en el cartílago entre las edades de 50 a 60 años. Por último, está el sarcoma de Ewing. Nace en el tejido nervioso inmaduro, generalmente en la médula ósea. Es más frecuente en la edad del crecimiento y es causado por un tumor maligno de células redondas.

Al ser la variante más común, dentro del tipo ya mencionado, vamos a centrarnos en el osteosarcoma, también llamado osteoma sarcomatoso. Este consiste en un neoplasma maligno que procede de células del mesénquima (sarcoma). Estas células presentan una diferenciación osteoblástica hacia osteoides malignos. Se trata de la forma histológica más frecuente de cáncer óseo.

 
Es el octavo tipo más frecuente de cáncer infantil: representa el 2,4% de los casos de cáncer pediátrico y aproximadamente el 20% de todos los cánceres de huesos primarios. Es más común en los hombres que en las mujeres.

El 42% de osteosarcoma se da en el fémur, el 19% en la tibia y el 10% en el húmero. No obstante, un 8% de los casos se dan en el cráneo y la mandíbula y un 8% en la pelvis.

La tasa de mortalidad disminuye en un 1,3% aproximadamente al año. Las posibilidades de sobrevivir se han incrementado notablemente desde finales del siglo XX.  








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