Una boda que mata

Con cara de preocupación, Alonso Menéndez, agacho su cabeza y vio su reloj. Estaba muy consternado acerca de su esposa, ya que habían peleado. Al levantar la cabeza vio a su novia vistiendo un hermoso vestido blanco de seda, bajando de la limosina. Mientras que ella caminaba al altar, acompañada por su padre, sentía que el tiempo no pasaba puesto que el anciano padre de Alejandra, su prometida, caminaba muy lento.

Al llegar al altar, Alonso estaba feliz que su novia hubiese llegado. Saludaron al sacerdote y procedieron con el matrimonio. Mientras que el padre hablaba, Alonso pensaba en los momentos felices que vivieron y que estaban por vivir. Sin embargo sintió un mal presentimiento sobre la boda.

Al recuperar la atención en la boda, los asistentes lo miraban fijamente. No sabía que decir, pero dijo si tímidamente. El sacerdote, con una sonrisa de oreja a oreja, prosiguió con la última pregunta de la noche: le pregunto a la audiencia si había alguna oposición a ese matrimonio. Rápidamente un hombre de aspecto fornido, muy bien vestido, de tez clara se opuso con una voz melodiosa.

Alejandra, al verlo, reconoció que era su primer novio: el italiano Gian Paolo Cardellini, con quien había tenido una relación muy íntima y cercana. Asombrada por la repentina llegada, Alejandra, sin pensarlo dos veces, se tir'o a sus brazos.

Alonso quedo muy decepcionado por la decisión de su prometida y decidió que tenía que pagar por lo que le había hecho. Por eso empezó a planear su asesinato, pero primero tenía que terminar la misa de manera inesperada. Agradeció al sacerdote mientras que los asistentes se retiraban expresando sus condolencias al novio. Este no le daba mucha importancia a los que le decían ya que su mente estaba nublada por la ira de la venganza.

Una vez que los asistentes de retiraron, Alonso, muy deprimido camina lentamente hacia la entrada de la iglesia. Mientras que caminaba recordaba algunos momentos que pudiese usar en contra de la mujer que amo.

En la puerta de la iglesia se encontró con su mejor amigo Yoghi con quien empezó a planear el asesinato.

Primero subieron al auto y rápidamente se dirigieron a la tienda de Mario y Luigi, dos terroristas que tenían muchas armas. Se estacionaron enfrente de la tienda y bajaron del auto. La tienda por fuera parecía una panadería. Al entrar vieron a Mario recargando cartuchos y a Luigi calibrando rifles. Yoshi, imperativamente les pidió un rifle cargado, pero ellos se lo negaron. Ante la negativa Yoshi se molestó, salto el mostrador, cogió un rifle ya cargado y de dos tiros mato a los dos terroristas. Alonso se sorprendió mucho por lo que había hecho su compañero. Yoshi se volteó con el rifle y le dijo a Alonso que subiera a la camioneta para ir a la casa de su ex prometida. Alonso sin otra opción, obedeció.

Al llegar a la casa de su ex prometida, Yoshi se escabulló para confirmar su presencia: estaba comiendo con su amante. Yoshi le dio el rifle a Alonso, subió a la camioneta y manejo hasta una colina cercana.

Una vez que llegaron a la colina Alonso se echó y apunto con el rifle a Alejandra. La tenía en la mira, pero no estaba seguro si sabía disparar o no. Estuvo dudoso mientras que pensaba en los buenos momentos que paso con ella. Sin embargo, se acordó lo que le hizo en la boda, lo cual lo enfureció y le hizo tomar la decisión de matarla.

En el momento en el que iba a disparar escucho dos leves sonidos que inmediatamente reconoció: era el sonido de balas silenciadas. En ese momento escucho a Gian Paolo, el amante de quien iba a ser su esposa. Este le advirtió que si no dejaba el arma lo iba a matar. Alonso sin pensarlo dos veces apunto a la cabeza de su mujer y le disparo. El tiro fue certero y produjo la muerte inmediata de Alejandra.

Gian Paolo puso el cañón de su pistola en la cabeza de Alonso. Alonso estaba muy nervioso, queriendo que lo mate de una vez y que termine con ese momento de ansiedad que estaba sufriendo. De repente, sintió que Gian Paolo le quitaba la pistola de la cabeza. Alonso pensando que podía ser perdonado, soltó el rifle, puso sus manos en la nuca y lentamente se paró. Al voltearse vio a Gian Paolo a unos metros, quien todavía le apuntaba con la pistola en medio de los ojos, con una mirada llena de furia. Ninguno se movió, simplemente se miraban a los ojos. El corazón de Alonso latía fuertemente, no podía pensar en cómo salir de esa situación. Gian Paolo sudaba mucho y le temblaba levemente el brazo. Alonso, finalmente por la desesperación, intento arrebatarle la pistola pero Gian Paolo le disparo en la cabeza, así terminando son su vida.

Alvaro Takeda

Francisco Garcia

Eduardo Perez-Roca